sábado, 27 de febrero de 2010

La Teología Latinoamericana frente a lo posmoderno


Nicolás Panotto, Argentina

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El próximo mes de mayo se desarrollará en Buenos Aires una consulta sobre “Eclesiologías y espiritualidades en tiempos posmodernos”, organizada desde los núcleos del Cono Sur de la Fraternidad Teológica Latinoamericana. Esta responde al desafío cada vez más real (que ya es parte de nuestra vivencia hace mucho tiempo pero que en la iglesia se ha comenzado a tratar no hace mucho) de la llamada posmodernidad. Ésta sigue siendo una mala palabra en algunos espacios. La acusan de todo tipo de delitos: de fomentar el neoliberalismo, de enfatizar sobre la superficialidad de lo cultural sin asumir la profundidad de la materialidad (económica) de lo social, de diluir todo fundamento normativo, de dar importancia a elementos superfluos de la existencia por sobre otros “esenciales” del análisis social, etc.


Hay quienes dicen que lo posmoderno no se aplica a América Latina, al menos como marco predominante. Esto se debe, como se suele decir, a que en este continente convergen lo premoderno, lo moderno y (mínimamente) lo posmoderno. Esto último se lo toma más bien como una moda del Norte y como fenómeno que promueve una ideología legitimante y funcional a la situación de desigualdad imperante. También, que beneficia a los intereses de países centrales y su lógica burguesa promotora de una ética particularista y fragmentada, limitante de todo abordaje comunitario de lo social y sus problemáticas.


A la hora de analizar el fenómeno posmoderno desde lo eclesial, saltan temas como teología de la prosperidad, mega iglesias, crecimiento de estructuras jerárquicas, promoción de una espiritualidad intimista, etc. Últimamente se escucha hablar del “movimiento emergente”, pero no fuertemente aún. Como se puede ver, no existe una mirada positiva en torno a este fenómeno. Lo posmoderno se relaciona con la destrucción de lo comunitario, el crecimiento del poder y la formación de un espacio óptimo para el capitalismo salvaje desde un marco religioso.
Aunque algunas de estas observaciones podría poseer cierto justificativo, ello no implica que lo llamado posmoderno sea negativo per se. Más aún, estos elementos enunciados no tienen estricta relación con ello sino, precisamente, con la profundización de proyectos modernos que mutan para sobrevivir en un espacio complejo y heterogéneo que pretenden pasar por encima sin asimilar. ¿Qué sucedió con las grandes utopías, los grandes proyectos, las grandes intensiones del “hombre moderno” que avanza junto al progreso inevitable de la historia (ya sea dentro de la evolución propuesta por el darwinismo social de Hebert Spencer o la inevitable revolución del proletariado como consecuencia del avance del capitalismo, como sugería Karl Marx)?


La posmodernidad no es la resaca de la modernidad (aunque dicha relación es inevitable en ciertos aspectos) sino un marco de experiencias, teorías, discursos y énfasis que pretende poner sobre la mesa una serie de elementos intrínsecos de la existencia humana y social, dejados de lado por perspectivas pasadas, como la Ilustración, que abogaban por un esencialismo de la historia y de los fenómenos socio-culturales (el hegelianismo en cualquiera de sus vertientes, sea liberal o marxista), y que pasaba por encima la novedad, la inquietud y la sorpresa de la acción de los sujetos y las construcciones cotidianas en el ámbito de lo social.


La posmodernidad, más allá de ser un fenómeno contemporáneo y parte de los transitares históricos vigentes, no solo desenmascara elementos “inéditos” o en respuesta negativa al pasado moderno. La intervención de las subjetividades, las construcciones locales del sentido, las complejidades que frenan la hegemonía de una ideología o proyecto político, como ella lo promueve, siempre existieron en nuestra historia humana. La diferencia reside en que se los tomaba como elementos fortuitos e irrelevantes, mientras ahora se los considera, desde una perspectiva hermenéutica y epistemológica, como espacios y marcos a partir de donde analizar los fenómenos sociales. Discursos, sujetos, símbolos, relatos, gestos, cuerpos, ideas, marcos de sentido, etc., no son solo consecuencia de (sistemas, ideologías, Estados, maquinarias burocráticas, sociedades establecidas, lógicas de clase, etc.) sino puntos de partida, espacialidades complejas y heterogéneas a partir de donde se crea y establecen marcos de sentido, experiencias y universos simbólicos que hacen a lo “real”.


En definitiva, lo que la posmodernidad expone es que la realidad en que vivimos es profundamente compleja y se encuentra lejos de responder sólo a leyes o normas fijas, estáticas y externas, cuyo fluir pasa por encima de cualquier subjetividad o movimiento impredecible. Esto también niega toda posibilidad de encerrar la construcción de lo social o político a unas pocas leyes preestablecidas, sea la mano invisible del mercado o la revolución proletaria. Esto no implica que no existan puntos de partida. Pero ellos no son marcos cerrados o discursos constituidos. Estos se encuentran aún más “atrás”: en los mismos sujetos y su condición relacional, y en la enormidad de posibilidades que existen de movimientos continuos de esta exposición discursiva y corporal que se gesta a cada momento, en una innumerable cantidad de espacios y contextos, muchos de ellos simultáneamente o en distintos puntos de la historia de cada sujeto y de quienes participan de sus redes sociales.


Sabemos que este diagnóstico toca a la teología y a lo religioso en cada una de sus fibras. La construcción de una imagen esencialista de Dios, la presentación de una “historia de la salvación” donde se rastrea el proceso de la acción divina para advertir el futuro, una epistemología teológica apoyada en mediaciones analíticas universalistas o la propuesta de una ética (individual y social) restringida a una serie de normas, son características del ejercicio teológico de los siglos XIX y XX. Lo moderno caló profundo en sus puntos de partida teológicos: la superioridad de la razón por sobre lo corporal, la búsqueda de marcos normativos absolutos para todo tipo de contextualidad, la promoción de una “moral cristiana” objetivante, entre otros aspectos.


El caso de las teologías latinoamericanas (especialmente de la liberación) ha sido paradójico. Estas han denunciado muchos de estos vicios de la teología moderna, tomando como punto de partida axiológico elementos como experiencias de sujetos históricos (el lugar de el/la pobre, del indígena, la mujer, etc.), la explicitación de la determinación socio-política que contiene cualquier discurso teológico (evidenciando, así, su contingencia), la búsqueda de nuevas formas históricas de expresar lo teológico (reivindicando así las particularidades socio-culturales de las comunidades), entre otros elementos. De todas formas, ¡lejos estamos de decir que dichas teologías responden a un marco posmoderno! Creo que uno de los puntos esenciales de esto se debe a un factor más bien epistemológico, y en especial en lo que corresponde a sus mediaciones socio-analíticas (por ejemplo, el uso preponderante de la filosofía y discurso marxistas, que más allá de su radicalidad no deja de ser hija de su momento, la Ilustración, y por ende de sus puntos de partida, como ya mencionamos).


Al analizar el fenómeno difícil de definir como es la posmodernidad y su relación con la teología e iglesia latinoamericanas, tal como haremos en nuestra pronta consulta, tal vez sea útil hacernos algunas preguntas que nos ayuden a encontrar caminos en esta búsqueda: ¿qué implica para la pastoral y la teología el abandono de los “grandes relatos” (sociales, morales, bíblicos, teológicos, filosóficos, etc.) imperantes en nuestro continente? ¿Cómo se construye un quehacer teologal que parta de las pequeñas historias que se tejen y sobreponen en la cotidianeidad? ¿Cómo hacemos teología desde la debilidad de nuestras experiencias, discursos, y militancias y utopías políticas? ¿Cómo influye esto en la pastoral y la búsqueda de modelos? ¿Sigue siendo válido como único o preponderante marco analítico el materialismo dialéctico, la lucha de clases o el marxismo, utilizados por las teologías latinoamericanas? ¿Implica lo posmoderno el abandono de la justicia como marco de construcción de la humanidad y el análisis de la situación de pobreza en nuestro continente? ¿Cuáles son las mediaciones analíticas que la teología requiere para saber indagar en la complejidad de las relaciones corporales de lo social y la relatividad de la construcción de lo político? ¿No debemos acaso reconstruir el discurso teológico latinoamericano, poniendo sobre la mesa la limitación que poseen ciertos términos y lenguajes (como son opresión/oprimido, pobre, liberación, integralidad, lucha, etc.) para lograr una mayor riqueza discursiva?


Estoy convencido de que tomar lo posmoderno, no como causa de los males actuales sino como marco de análisis, no nos hará ingresar en el campo de una laxitud relativista y analítica, como se suele temer en diversos campos del saber y experiencia sociales, dentro de ellos la misma teología. Más bien, nos ayudará a profundizar en la comprensión de los innumerables contextos sociales, políticos y culturales que vemos diariamente dibujados en nuestro contexto latinoamericano y cómo ello repercute en los diversos espacios de exclusión y construcción. Más aún, nos llevará a ampliar los marcos de análisis y los posibles caminos de confrontación y reconstrucción en el contexto de sufrimiento y dolor reales en nuestro continente, como las teologías latinoamericanas han promovido desde sus orígenes.
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Fuente:
http://www.lupaprotestante.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2084&Itemid=1

jueves, 25 de febrero de 2010

El Supremo ¿cómplice del Fascismo?


Vicenç Navarro. (*)España.
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Una de mis mayores sorpresas cuando volví de mi largo exilio fue ver la enorme tolerancia que había en España hacia el fascismo. En realidad, ni siquiera se utilizaba el término fascismo para definir el régimen dictatorial que existió en España durante 40 años. Se le llamaba régimen franquista, implicando que era un régimen caudillista dirigido por el general Franco, ignorando que aquel régimen fue mucho más que un régimen caudillista. En realidad, reunió todas las características de los regímenes fascistas, por mucho que politólogos procedentes de aquel régimen, como Juan Linz, y revisionistas de varias sensibilidades políticas –incluidas algunas de centro izquierda– lo nieguen. Como he documentado en otro artículo, “Franquismo o fascismo” (Público, 28-05-09), aquel régimen tenía cada una de las características del fascismo, es decir, un nacionalismo exacerbado con visiones imperialistas basado en una concepción racista que justificaba su derecho de conquista –ver “El racismo del nacional catolicismo” (Público, 14-01-10)–; un absoluto control sobre los medios que intentaba reproducir una ideología totalizante, el nacional catolicismo; una supeditación de la sociedad civil al Estado, dirigido por una persona que el régimen presentaba como dotada de méritos sobrenaturales (referido como “caudillo por la gracia de Dios”), líder supremo del partido fascista, del Estado y de sus Fuerzas Armadas, caudillo que dirigía un Estado enormemente represivo. Por cada asesinato político que cometió Mussolini, Franco cometió 10.000. Más de 200.000 personas fueron fusiladas y 114.421 desaparecieron en el periodo 1936-1951, sin que todavía hoy se conozca dónde están sus cuerpos. El mal llamado franquismo fue un régimen fascista, uno de los regímenes que cometió las mayores atrocidades y violaciones de los derechos humanos en la Europa del siglo XX.Resultado de la manera inmodélica en que se hizo la Transición, no existe plena conciencia de lo horrible que fue aquel régimen. El silencio que siguió a la dictadura y el olvido del pasado (excepto en pequeños círculos académicos) explica que la juventud, por ejemplo, no sepa que en otros países donde existieron regímenes semejantes, como en Alemania, cualquier tolerancia al nazismo está prohibida, incluyendo la existencia del partido nazi o de asociaciones afines. No así en España, cuyo Jefe del Estado –el monarca– fue nombrado por el régimen anterior. En realidad, todavía hoy uno de los dos mayores partidos del país, el PP, muestra su rechazo a condenar aquel régimen por su nombre, excusándose en denuncias genéricas y asumiendo una equidistancia en los horrores y responsabilidades en los dos bandos de la mal llamada Guerra Civil (que, en realidad, fue un golpe militar, ayudado por Hitler y Mussolini, resistido por la mayoría de las clases populares durante tres años), que dan prueba de su falta de comprensión de lo que fue aquel régimen fascista. El PP no es antifranquista, y esto disminuye su credibilidad democrática. Y en algunas comunidades autónomas gobernadas por él, como Madrid y Valencia, sus gobiernos autonómicos todavía apoyan programas educacionales que justifican el golpe militar y el régimen que estableció.Pero esta tolerancia ha llegado a un extremo que es vergonzoso. Las fuerzas herederas de aquel fascismo quieren llevar a los tribunales al único juez, Baltasar Garzón, que ha intentado llevar a los tribunales al franquismo. Tal situación es impensable en cualquier país democrático europeo que vivió y sufrió el fascismo. Y lo que es vergonzoso es que el Tribunal Supremo esté dispuesto a considerar esta acusación, utilizando además el argumento, defendido por uno de sus miembros, el juez Varela, de que la Ley de Amnistía firmada al final de la dictadura ofreció inmunidad a los dirigentes de aquel régimen, ignorando también que el Estado español firmó tratados internacionales que exigen el juicio de los responsables de aquellas atrocidades. No puede verse hoy en Europa un hecho semejante y cubre a España de vergüenza. ¿Cómo pueden los miembros del Tribunal Supremo (presidido por un juez que juró lealtad al fascismo) llegar a este extremo de insensibilidad democrática? ¿Cómo pueden llegar a legitimar a los herederos del régimen que asesinó al mayor número de españoles y demócratas en el siglo XX, aceptando su demanda? Tal comportamiento ofenderá una vez más a los millones y millones que perdieron todo lo que tenían en su defensa de la democracia. ¿Y donde están las derechas, siempre listas ellas para defender el honor de España, en un momento y en un hecho que cubre de vergüenza al país? Su hipocresía sobre el terrorismo queda evidenciada cuando excluye de su homenaje al enorme número de víctimas del terrorismo fascista, que fue mucho mayor en número que el cometido por el terrorismo de ETA. ¿Cómo es que el príncipe Felipe, en representación del monarca, presidiera los actos de homenaje a los últimos y nunca ha presidido ninguno de los primeros?El argumento que se ha utilizado para definir lo que estamos viendo es que es un mero conflicto entre dos jueces, uno de ellos molesto por el excesivo protagonismo del otro. El juez Varela que intenta penalizar a Garzón es cómplice de aquella demanda y como tal merece el mayor rechazo por parte de todas las personas demócratas. Su animosidad hacia Garzón y el protagonismo de Garzón son temas irrelevantes. Es una enorme frivolidad ver lo que está ocurriendo como un mero conflicto de personalidades. Al contrario, este comportamiento del Tribunal Supremo (en caso de aceptarse la petición del juez Varela), le haría cómplice del fascismo, mostrando un indicador más de lo inmodélica que fue la Transición de la dictadura a la democracia y de la escasa sensibilidad democrática del Estado español. El fascismo continúa vivo y presente en España.
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+ (PE)(*)Vicenç Navarro es catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra.PreNot 8766100225


FUENTE:


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sábado, 20 de febrero de 2010

¿Ovejas contra lobos?


por María Rosa Medel, España

Cuando yo me acerqué al mundo protestante, allá por mis 15 años, una de las cosas que más me llamó la atención fue la sensación de libertad que daban los principios de la libre interpretación, el libre albedrío, la defensa de la libertad religiosa y otros que yo creía que eran principios de referencia.

Pero he aquí que al cabo de los años, y muchos, me encuentro con que una parte, por desgracia bastante representativa de los protestantes, al igual que los católicos ultras (de los que huí en su día), también persiguen a los que no piensan como ellos.

Lo último: me encuentro con una recogida de firmas para pedir la suspensión de una exposición de fotografía que no nos interesa y nos ofende. Lo he visto en Ágora, cuando los cristianos con la cruz en alto destrozaban los ídolos de Alejandría. Es verdad que se trata de una película, pero el caso parece igual.

Como protestante, mejor dicho como cristiana, tengo que luchar, o eso creía yo, por la libertad religiosa, por la libertad con mayúsculas para TODOS; no sólo para los que piensan como yo.

Según recoge la prensa secular, la exposición ya ha sido suspendida, pero no por falta de público, sino porque se han recibido amenazas, inclusive contra el autor y de muerte, por algunos “paladines” de la libertad en Cristo.

¿Os imagináis a Jesús recogiendo firmas para echar por tierra algún ídolo, de los que debería de haber cientos, en Palestina? ¿Tenemos alguna noticia de alguna revuelta organizada por los cristianos de la época de Jesús contra lo que no les gustaba y les ofendía?

Si ocurrió, no tenemos noticia de ello; por tanto, deberemos suponer que nunca lo hicieron.

Lo que más me preocupa es que hagamos causa común con organizaciones de ultraderecha católicas, que son las mismas que nos apedreaban hace poco y nos hicieron la vida imposible, y creo que nos la volverían a hacer si no fuera porque nos ganado para su causa.

Yo seguiré defendiendo la libertad para todos, incluso para los contrarios a mí. Si nos ofende un artista iconoclasta, cuyas obras yo no me molestaría en visitar -y creo que no muchos lo han hecho; según dicen las informaciones de prensa han visitado la exposición 38 personas- no colaboremos en hacerle publicidad. Ahora todo el mundo es conocedor de la obra de este fotógrafo.

Por otra parte, y esto es una opinión mía, una Universidad, como ha sido en este caso, lo mismo que cualquier otro centro público, deben estar al servicio de todos los españoles, de los irreverentes también, pues según creo ellos también pagan impuestos.

El mensaje de Jesús es un mensaje en positivo. Dios nos mandó estar en el mundo como ovejas en medio de lobos, ¿y desde cuándo las ovejas amenazan a los lobos? Lo que hay que tener es cuidado con ellos, y como dice la Palabra, vencer el mal con el bien, no con la fuerza.

¿No sería mejor que nos dedicáramos a predicar el amor de Dios y transmitiéramos a los hombres su paz?



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miércoles, 17 de febrero de 2010

Haití demanda posicionamiento de las Iglesias Cristianas



Material exclusivo para reflexiones abracistas
por Julio Vallarino - Uruguay
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“Tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber” (Mt. 25,35).

A más de un mes del terremoro que destruyó a Haití, donde murieron aproximadamente 200.000 personas, y que movilizó a la comunidad internacional en acciones de ayuda humanitaria, la comida y el agua llega con mucha dificultad y escazamente a las víctimas.

El aluvión de información que semanas atrás nos llegaba sobre la situación en Haití está cesando. Cada vez recibimos menos información. Otros temas están siendo puestos ante la opinión pública.

Los organismos internacionales como la ONU y UNICEF han realizado campañas de solidaridad con Haití en el mundo entero. La cooperación internacional de diferentes gobiernos han enviado donaciones y ayuda de diferentes tipos. Los grupos de rescatistas han finalizado las búsquedas y regresado a sus países.

Pero la situación del pueblo haitiano, el más pobre de América Latina, no ha cambiado mucho desde el terremoto del 12 de enero. Es más, su situación se agrava por la llegada de la temporada de lluvias y miles de personas se encuentran en situación de calle. Es más, la poca información que se está generando nos alerta de que la comida y el agua llega con mucha dificultad y escazamente a las víctimas.

¿Cómo puede haber dificultad de que los donativos lleguen a destino cuándo se ha desplegado un enorme esfuerzo militar para garantizar la seguridad y el reparto de alimentos y agua?.

Las Iglesias Cristianas tenemos el deber, ético y evangélico, de levantar nuestra voz en favor del pueblo haitiano. Tarde o temprano, tendremos que dar cuentas de nuestra actuación ante esta injusticia (Mt. 25,35).

La solidaridad no alcanza con orar en los templos y enviar parcial o totalmente nuestras colectas a Haití (Mt. 12,6-7). Es necesario asumir una actitud profética denunciando la injusticia porque esa es la misión de la Iglesia de Jesús el Cristo en el mundo (Mt. 5,13-16).

Una de las tareas urgentes es generar conciencia en nuestras comunidades y en nuestro entorno sobre la situación de Haití; asumir responsabilidad sobre los donativos enviados para que lleguen a destino en tiempo y forma; exigir a nuestros gobiernos que intervengan en la comunidad internacional asegurando la mayor eficacia, eficiencia y efectividad en las acciones vinculadas a la ayuda humanitaria.

El pueblo haitiano por la situación de empobrecimiento y exclusión es objeto del amor preferencial de Dios (Lc. 4,16-21) y las Iglesias Cristianas estamos llamadas a ser el vehículo de ese amor mater paternal que se traduce en solidaridad y compromiso

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martes, 16 de febrero de 2010

Doble cara del cristianismo.


Vigencia del pensamiento de Camilo Torres. Por Enrique López Oliva. La Habana. Cuba.
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"Tenemos una institucionalización del cristianismo, especialmente del catolicismo, ahora, en América Latina como en el resto del mundo, que es una restauración de la Iglesia con poder, con prestigio, y un combate contra las fuerzas progresistas dentro de la Iglesia", afirmo el sacerdote y teólogo belga Francois Houtart, durante la conferencia que ofreciera sobre el sacerdote-guerrillero colombiano Camilo Torres, al conmemorarse el 44 aniversario de su caída en combate.

El sacerdote Francois Houtart hablo, el lunes 15 de febrero, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana -donde reposan los restos del patriota cubano y sacerdote católico Félix Varela, uno de los primeros cubanos que abogó por la independencia de Cuba de la metrópoli española, durante un acto organizado por el Grupo de Reflexión y Dialogo "Oscar Arnulfo Romero", con el que se inició una nueva Jornada "Camilo Torres" en Cuba.

Entre los presentes estuvieron estudiantes colombianos becados en la Isla, en la Escuela Latinoamericana de Medicina, así como profesores y estudiantes de la Universidad de La Habana, varios pastores evangélicos -entre ellos el pastor bautista Raúl Suárez, diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba y fundador del Centro Memorial "Martín Luther King Jr."-, la obispa coadjutora de la Iglesia Episcopal de Cuba, Nerva Cot, y el sacerdote católico español Isidro Hoyos.

El Coordinador del Grupo de Reflexión y Solidaridad "Oscar Arnulfo Romero", Gabriel Coderch, manifestó que esa agrupación quiso "conmemorar y celebrar la vida de Camilo Torres, quien escandalizara a muchos hombres y mujeres de su tiempo, pero que también fuera un reto de fe y de esperanza para muchos cristianos y cristianas en el continente".

Destacó que fueron las Jornadas Camilo Torres que celebradas en Cuba las que nos irían "mostrando la radicalidad del Evangelio y la opción camilista, y la necesidad de las transformaciones sociales más radicales, y nuestro sentido de estar al lado de la Revolución Cubana", "va a ser desde nuestro compromiso un quehacer teológico cubano y una contribución a la teología latinoamericana desde nuestra realidad y desde nuestra experiencia".

"En el marco del 25 aniversario del Grupo de Reflexión 'Oscar Arnulfo Romero' –dijo- es que hemos invitado a esta Aula Magna de la Universidad de la Habana al sacerdote belga Francois Houtart, que es una de las figuras cimeras de lo mas avanzado del pensamiento cristiano y socialista de la segunda mitad del siglo XX y los comienzos del siglo XXI, además una persona que conoció a Camilo Torres".

Houtart resaltó que junto a la iglesia institucional "tenemos también nuevos movimientos religiosos que responden al espíritu de las necesidades sociales y psicológicas de la gente, pero que están vinculados con una perspectiva de salvación puramente individual, de despolitización. Ese es el tipo de institucionalización principal que conocemos en el cristianismo actual en el continente latinoamericano".

"Pero, al mismo tiempo –señaló-, frente a este tipo de institucionalización hay los valores del Mensaje de Cristo, que es un Mensaje de Liberación, de liberación personal y de liberación colectiva, y este Mensaje vive todavía en muchos cristianos del continente".

"Por eso –argumentó-, podemos pensar en las palabras de la Misa Campesina de Nicaragua, donde hablan de un Dios que esta en la calle, de un Dios que se identifica no con la clase opresora, sino con los pobres que luchan. Esta perspectiva de un compromiso de cristianos en las orientaciones revolucionarias de América Latina existe, y ese –enfatizó- fue el aporte de Camilo".

Houtart inicio su conferencia recordando que "este mismo día del quince de febrero, hace 44 años, cayó Camilo Torres en las montañas de Colombia. Hablar de Camilo a este auditorio es un privilegio particular y realmente lo hago con mucho gusto y emoción porque he tenido el privilegio de ser amigo suyo durante casi doce años".

Describió a grandes rasgos lo que fue la vida de este sacerdote católico colombiano; contó varios aspectos de relaciones personales que tuvo con el, y ofreció algunas características de su pensamiento y acción, concluyendo con una reflexión sobre lo que Camilo puede significar "para nosotros en el continente latinoamericano".

Subrayó que la convicción política de Camilo fue avalada por una adhesión al cristianismo, pero no del cristianismo como una pura herencia sociológica, sino como proyecto de una elección muy consciente. Apunto que Camilo Torres "no era cristiano de nacimiento, (sino que él) lo eligió".

Concluyó su conferencia insistiendo en que en este tiempo de transformaciones, necesitamos "principios y éticas, y eso es un aporte de Camilo". Añadiendo, "Porque realmente ha desarrollado eso: principios y ética, especialmente hoy, que no podemos solamente en el mundo entero pensar a regular situaciones, sino que estamos pensando en términos de nuevos paradigmas en la organización de la sociedad, para salvar el planeta y salvar a la humanidad".

Insistió en que "la realidad social es dialectiva y no lineal. El pensamiento lineal es siempre un pensamiento conservador, aunque sea de derecha o de izquierda. Es un pensamiento dogmático". Pero, "Camilo, como sociólogo, se dio siempre cuenta de que la situación no es lineal, que los cambios no son lineales. Que la sociedad significa actores, interacción, es decir una dialectiva, que nunca se realiza (como) una cosa definitiva. Que la revolución es una marcha, es un proceso".

Refiriéndose a Colombia el sacerdote belga sostuvo que hoy se esta ante "una sociedad muy bloqueada y con muchos actores", que "debemos eventualmente analizar en su realidad y entrar en un proceso dialectivo de transformación, lo que vale para todos los países de América Latina. Este pensamiento dialéctico me parece fundamental", recalco.

Según Houtart esta situación "plantea un problema delicado: el problema de la lucha armada. La lucha armada –afirmó- no puede ser tampoco una cuestión de dogma, no es la vía necesaria para transformar las sociedades. La lucha armada depende de las circunstancias. Hay evidentemente situaciones donde esta muy claro que la lucha armada es la vía necesaria, tal vez no la queremos, pero es necesaria", y recordó que él, personalmente, participó en la lucha armada contra el nazismo en Europa.

"Podemos preguntarnos hoy en Colombia si es la lucha armada la manera de transformar la sociedad", expresó y añadió que "Estamos en un contexto nuevo, no es el contexto de la vida de Camilo. Un contexto interno y externo diferente. Por eso hay interrogantes reales"

"La historia de Colombia es una historia de violencia terrible. Cada vez que la izquierda aceptó un cese al fuego con la derecha, fue aniquilada, fue suprimida físicamente, lo sabemos. Pero evidentemente estamos en una situación de violencia que debe terminar un día", dijo.

Puntualizó que "Hay un cansancio de la población frente a la violencia, que se traduce también por un cierto nivel de despolitización. Hay también la necesidad para la lucha armada de recurrir a métodos que podemos llamar contradictorios, como secuestros, como narcotráfico, etc."

Y sobre todo, afirmó que "Hay situaciones nuevas que piden una reflexión. No condeno a la guerrilla, donde hay gente de un valor extraordinario, pero si pienso que se debe reflexionar la manera de transformar la sociedad colombiana a largo plazo. Debemos reconocer a la guerrilla como un actor político y debemos luchar para eso, porque es la única manera de transformar una lucha armada, que no parece tener los resultados esperados, en una lucha política" agregando "pero estoy muy consciente de la dificultad de este proceso".

La conferencia culminó intercambiando con varios asistentes que interrogaron al sacerdote Houtart sobre aspectos por el abordados, entre estos, el valor del símbolo, valor que el sacerdote considera ha olvidado el pensamiento moderno, y que debe redescubrirse como una segunda lectura de la realidad.

Sobre la compleja situación actual de Colombia, Houtart opinó que el país tiene una situación geopolítica privilegiada "por el imperialismo", lo que motiva las nuevas bases militares. Finalmente, insistió en la necesidad de cambiar los paradigmas: modificar la relación con la naturaleza, situar el valor de uso sobre el valor del cambio, democratizar todas las relaciones sociales, y permitir a todas las culturas contribuir al desarrollo social. Insistió asimismo en la necesidad de ayudar a los Movimientos Sociales a construir una nueva teoría para los cambios. + (PE)

PreNot 8738 100216

Fuente:
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=4318
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HAITÍ DE LO@S ABAJO: Enfrentando al terremoto y a la herencia colonial


Diálogo de Claudia Korol y Liliana Daunes con Camille Chalmers
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14 / febrero
“Nos conmueve profundamente la extraordinaria solidaridad manifestada por la población de la región metropolitana que durante los tres primeros días después del terremoto supo responder por la autoorganización, construyendo 450 campos de refugiados que contribuyeron a salvar miles de personas prisioneras de los escombros, e hizo posible la supervivencia de 1.5 millones de personas gracias al hecho que compartieron en forma comunitaria todos los recursos disponibles (alimento, agua, ropa). ¡Honor y respeto a la población de Puerto Príncipe! Estos mecanismos espontáneos de solidaridad deben desempeñar un papel esencial en el proceso de reconstrucción y de re-conceptualización del espacio nacional”.Enhebrando la solidaridad de pueblo a pueblo El 27 de enero del 2010, fue difundida una declaración de un conjunto de organizaciones sociales haitianas, dirigida a los movimientos populares aliados, en los que se fija posición frente a la catástrofe que sacude a este país, y a las perspectivas de reconstrucción del mismo.

En esta carta, se señala la necesidad, a pesar del dolor, de “reflexionar sobre lo que acaba de pasar y sacar de esta experiencia trágica las lecciones y las orientaciones que nos permitirán seguir nuestro incansable trabajo de construcción de otro país capaz de vencer el ciclo del hundimiento y la dependencia, y de colocarse a la altura de los sueños de emancipación universal de sus fundadores, y de todo el pueblo haitiano”.

Se dice también que “nos conmueve profundamente la extraordinaria solidaridad manifestada por la población de la región metropolitana que durante los tres primeros días después del terremoto supo responder por la autoorganización, construyendo 450 campos de refugiados que contribuyeron a salvar miles de personas prisioneras de los escombros, e hizo posible la supervivencia de 1.5 millones de personas gracias al hecho que compartieron en forma comunitaria todos los recursos disponibles (alimento, agua, ropa).

¡Honor y respeto a la población de Puerto Príncipe! Estos mecanismos espontáneos de solidaridad deben desempeñar un papel esencial en el proceso de reconstrucción y de re-conceptualización del espacio nacional”.

Para dialogar sobre la situación que hoy vive el pueblo haitiano, dialogamos con uno de los coordinadores de esta articulación de movimientos, Camille Chalmers


¿Cuál es la situación actual en Haití después del terremoto del 12 de enero, y transcurridos ya unos días desde el mismo?


Primero quiero decirles que es un shock terrible, un desastre. El sismo no sólo se llevó muchas vidas. Destruyó también muchas cosas en la sociedad haitiana. Provocó una ola impresionante de migración. Se habla de 480 mil desplazados para otros países, y todavía no alcanzamos a saber la cifra total de muertos y heridos. Por supuesto significa un trauma psicológico enorme, una descomposición social, una ruptura del tejido social realmente gravísima. Para entender este terremoto y las consecuencias que va a tener en la sociedad haitiana, hay que analizarlo en relación a la crisis que vive el país hace mucho tiempo, como producto de la situación colonial y neocolonial, y también como consecuencia de las políticas neoliberales aplicadas en los últimos 20 años, que han destruido gran parte del Estado, y han causado la hiperconcentración alrededor de la zona metropolitana de Puerto Príncipe.

La centralización alrededor de la “República de Puerto Príncipe” decidida por la ocupación norteamericana de 1915 es uno de los factores determinantes, y en particular, la liberalización total del mercado de vivienda, totalmente controlado por especuladores, explica que la mayoría de la población está viviendo en condiciones muy precarias, en zonas marginales, inestables, y con edificaciones que no pueden sostener un golpe como el que recibimos.
Me parece que es muy importante ver que es una catástrofe natural, pero que se inserta dentro de las políticas y de las consecuencias de las relaciones desiguales con las potencias, y en particular con Estados Unidos.

¿Qué está sucediendo en este contexto con la ayuda humanitaria?


Por un lado vemos que a nivel mundial hay una ola espontánea, muy bonita, de solidaridad con el pueblo de Haití, una solidaridad ciudadana que se expresó de múltiples formas. Pero también vimos a las instituciones dominantes, las ONGs internacionales y las grandes potencias, instrumentalizar la crisis haitiana para fines bélicos, que no tienen nada que ver con el sufrimiento y el dolor vividos por el pueblo de Haití. Particularmente debemos subrayar que Estados Unidos se aprovechó de la crisis haitiana para militar más el Caribe, para implementar un esquema militar: muchos buques de ataque, muchos aviones de ataque, que están desplegados sobre el territorio de Haití, alrededor del territorio de Haití, y por supuesto eso no tiene nada que ver con la ayuda humanitaria.
El pretexto utilizado fue que los militares de Estados Unidos están realizando ayuda humanitaria, pero de hecho sabemos que esta militarización entra dentro del proyecto más amplio del imperialismo para remilitarizar el Caribe, sobre todo a través de dispositivos bélicos, como los que existen ahora en Curaçao, como las nuevas bases de Colombia, para tener un dispositivo militar que pueda responder al descontento y a la sublevación de los pueblos en contra del capitalismo neoliberal, en contra del imperialismo. Está muy claro eso, y se puede explicar dentro de un contexto geopolítico.También hay un dispositivo militar para prevenir olas de refugiados hacia Estados Unidos, lo que siempre ha sido una prioridad de su política externa. EE.UU. siempre ha gastado más plata en retener a los refugiados, en impedir la ola de refugiados, en vez de invertir en lo que llaman el “desarrollo” de Haití. También, teniendo en cuenta el nivel de pobreza del pueblo de Haití, Estados Unidos está pensando que este último golpe puede desembocar en una sublevación social, un estallido social, y por supuesto los 20 mil marines están ahí para prevenir este tipo de cosas, y poder reprimir al pueblo de Haití, para asegurar los intereses estratégicos de Estados Unidos.
Denunciamos esto como un escándalo, ya que no solamente la intervención militar no ayudó al pueblo de Haití, sino incluso obstaculizó la llegada de ayuda humanitaria de muchos países, como de CARICOM, de Europa, o de Venezuela. Porque Estados Unidos se apoderó del aeropuerto de Haití, y selecciona qué tipo de aviones pueden aterrizar, dando prioridad absoluta a los aviones norteamericanos y a los periodistas norteamericanos.
Incluso hubo un escándalo cuando retrasaron el aterrizaje de un avión hospital de Francia, para dejar aterrizar al avión de Hillary Clinton.Es realmente muy importante que se entienda que a pesar de la enorme ola de solidaridad, incluso en Estados Unidos mismo, para con el pueblo de Haití, esa ayuda fue canalizada a través de organismos y estructuras que realmente desvirtuaron esa solidaridad, poniendo esos recursos al servicio de los planes imperiales.Un periódico de Estados Unidos señala que por cada dólar gastado supuestamente para las víctimas del terremoto de Haití, más de 33 centavos está consumido por el Ejército de Estados Unidos.Las organizaciones sociales haitianas no aceptamos esta situación, la estamos denunciando, y no queremos que nuestro país sea convertido en una base militar para Estados Unidos.

Señalan ustedes en su carta: “Desearíamos ver nacer brigadas internacionalistas de solidaridad que trabajarían junto con nuestras organizaciones en la lucha por la realización de una reforma agraria y de una reforma territorial urbana integrada, en la lucha contra el analfabetismo y para la repoblación forestal, en la edificación de nuevos sistemas educativos y de salud universales, descentralizados y modernos”. ¿Qué posibilidades ven para que este tipo de solidaridad pueda concretarse hoy, desde las organizaciones sociales?

Realmente es un momento muy interesante para poder partir de ese interés sobre Haití, y que no sea un fenómeno mediático coyuntural. A partir de ese interés, necesitamos construir un sistema de solidaridad duradera, de largo plazo, que cambie básicamente la relación de Haití con el resto del mundo. Porque sabemos que Haití fue aislada, fue puesta en cuarentena desde la revolución de 1804, y todavía estamos sufriendo ese aislamiento.Es muy importante que se conozca mejor lo que está sucediendo en Haití, y que podamos construir una solidaridad más profunda, más masiva y más duradera. Creo que es el momento para hacerlo, y por ejemplo denunciar la presencia de la MINUSTAH3, denunciar la presencia de las tropas norteamericanas, y construir la solidaridad de pueblo a pueblo, que es la única forma para ayudar al pueblo de Haití para que pueda decidir estrategias eficaces para salir de la crisis.
Quisiera pedirte que en este contexto, recuerdes para los latinoamericanos y latinoamericanas, qué significó la independencia de Haití en nuestra historia como continente.Es muy importante recordarlo, porque la historia de Haití y sus aportes son silenciados por los medios occidentales. Por ejemplo en esta crisis, en vez de mostrarse la enorme ola de solidaridad dentro del pueblo de Puerto Príncipe, que permitió salvar muchas vidas, se trata de mostrar otra cosa.Es muy importante decir que Haití jugó un papel clave en el proceso de liberación y de independencia del continente, porque la primera revolución antiesclavista y anticolonial nació en Haití en 1804, y abrió todo un proceso en América Latina. Hubo finalmente una colaboración directa entre el estado nuevo de Haití y los proyectos libertadores de América Latina a través de Francisco Miranda, Simón Bolívar. Incluso combatientes haitianos fueron a participar en las luchas contra la ocupación española. Haití fue un país que lanzó un grito de libertad, y que dijo al mundo que la esclavitud debería desaparecer, haciendo un movimiento muy importante de mundialización y globalización de los derechos humanos, incluyendo a todos los pueblos de la humanidad.Durante todo el siglo XIX Haití siguió con ese papel, y recibió muchas invitaciones para participar en las luchas de independencia, incluso de Grecia.Por supuesto, la respuesta de los imperios fue brutal. No sólo se produjo esa conspiración de silencio, sino también se impuso a Haití la famosa “Deuda de la Independencia”, firmada en 1825, que fue el paso para reintegrar la economía haitiana a la economía mundial bajo la violencia de la deuda.Se declaró una deuda de 150 millones de francos oro, que el estado de Haití tuvo que pagar durante más de un siglo, y que todavía estamos pagando a partir de la transferencia de esta deuda hacia los Bancos de Norteamérica. Esta deuda fue a indemnizar a los antiguos dueños de plantaciones de esclavos de Francia. Una cosa totalmente escandalosa.En una carta realizada desde Jubileo Sur, para los líderes de 20 países y organismos internacionales reunidos en Montreal, para debatir sobre los mecanismos de ayuda a Haití, se demanda precisamente que los gobiernos y organizaciones internacionales anulen de manera inmediata e incondicional la deuda externa reclamada a Haití, y que los recursos diseccionados a la reconstrucción de Haití, no generen nuevo endeudamiento ni sean utilizados para imponer nuevos condicionamientos, como es la práctica de las instituciones financieras internacionales tales como el Banco Mundial, el BID, el FMI y los llamados países “donantes”.Claro, ahora en Haití estamos hablando de reparación, y de restitución. Decimos que esa deuda pagada con la sangre y el sudor del pueblo de Haití, debe ser restituida al pueblo de Haití. En vez de eso, el proceso de endeudamiento, como elemento clave de dominación sigue. Y en esta crisis reciente del terremoto, el FMI impuso a Haití un nuevo préstamo de 104 millones de dólares, diciendo que Haití tenía que empezar a pagar los intereses en el 2012. Eso es algo totalmente escandaloso, y muestra el cinismo de esos organismos, que incluso en la crisis humanitaria tan extrema, siguen con las mismas políticas de dominación, y siguen incrementando la deuda. Por eso creo que es el momento para intensificar la lucha que estamos llevando hace muchos años, para exigir la anulación total e incondicional de la deuda reclamada a Haití, que es una deuda ilegítima, una deuda ilegal, una deuda criminal.Ustedes están exigiendo también el retiro de las tropas de la MINUSTAH.

¿Cuáles son las consecuencias de la presencia de estas tropas en este momento?


Hay toda una máscara para decir que son tropas de Naciones Unidas, que no es una ocupación, etcétera. Pero de hecho es una ocupación militar, y es una ocupación represiva, que está debilitando al Estado de Haití, a las instituciones haitianas, y que significa la violación de nuestra soberanía. Recientemente, por ejemplo, el secretario general de la ONU ha designado a Bill Clinton como coordinador de la ayuda externa de emergencia a Haití, y del proyecto de reconstrucción de Haití. Es algo totalmente inaceptable. Debemos intensificar la lucha por la recuperación de la soberanía de Haití.
Durante la crisis que vivimos después del terremoto, a partir del 12 de enero, se vio muy bien que la presencia de esos 9000 militares bajo el paraguas de Naciones Unidas, no sirvieron de nada para ayudar a la población a hacer frente a la crisis.El primer soldado de la MINUSTAH que vimos en las calles fue solamente el cuarto día después del terremoto, y la gente tuvo que enfrentar esta crisis con sus uñas, buscando sobrevivientes por debajo de los escombros, sin ninguna posibilidad de utilizar los equipamientos y los conocimientos de las tropas de la MINUSTAH. Es muy importante subrayar esto, porque se presentan como una tropa que también realiza ayuda humanitaria. Esto no tiene nada que ver. Su presencia contribuyó al debilitamiento del estado haitiano, que fue muy lento y muy ineficaz en su respuesta a la crisis. La MINUSTAH se está aprovechando de la crisis para reforzar su presencia. Incluso demandaron un aumento de efectivos de 3500 militares más, y es muy evidente el balance negativo de esta presencia desde el 2004, que no contribuyó a ayudar al país a salir de la crisis. Al contrario, se profundizó la crisis, y se debilitaron los instrumentos que permitirían salir de esa crisis.

¿Qué respuesta recibieron del llamamiento a las organizaciones populares para coordinar la solidaridad de pueblo a pueblo?


Es una respuesta entusiasta, muy interesante. Debemos subrayar que redes como Jubileo Sur se movilizaron de manera muy temprana después del terremoto, para canalizar ayuda a Haití, y para hacer un trabajo con la redacción de una nota que fue firmada ampliamente a través del mundo, que fue enviada a la Conferencia de Montreal donde se reunía el gobierno de Haití con los donantes. Fue una contribución muy importante. También tenemos que subrayar la presencia con nosotros de compañeros y compañeras de Centroamérica, de República Dominicana, de Puerto Rico, que vinieron físicamente a participar del esfuerzo para responder a la crisis, y que están haciendo una contribución vital para esta coyuntura, y que se ofrecen para participar en proyectos reales de reconstrucción de Haití. Porque cuando los Estados Unidos hablan de reconstrucción ya vimos lo que pasó en Irak; son proyectos de reconstrucción que no tienen nada que ver con las necesidades del pueblo. Son proyectos en los que se enriquecen las trasnacionales norteamericanas, que tienen contratos multimillonarios, y que se aprovechan de la crisis otra vez para sacar beneficios. Es muy importante que el proyecto de reconstrucción, y las estrategias de reconstrucción sean definidas por el pueblo de Haití como actor central de este proceso. Esto los compañeros de América Latina, de Europa, Asia y África que se han manifestado, han entendido ese mensaje clave, y van a ayudarnos a construir la solidaridad duradera.


Te agradecemos este diálogo y te hacemos llegar nuestro abrazo. Sabemos que tu familia ha sido muy afectada también, y que fue destruida tu vivienda. Para vos y para todos los hermanos y hermanas del pueblo haitiana nuestra solidaridad.
Muchísimas gracias por todo lo que han hecho, por lo que siguen haciendo, y por la ternura que sentimos que viene de ustedes.
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Fuente:
http://www.apiavirtual.com/2010/02/14/haiti-de-los-abajo-enfrentando-al-terremoto-y-a-la-herencia-colonial-dialogo-de-claudia-korol-y-liliana-daunes-con-camille-chalmers/

lunes, 15 de febrero de 2010

Carta Abierta del Obispo (e) Federico Pagura a Obispos del Episcopado Argentino.


Fechada el 15 de febrero en Rosario, Argentina, Federico Pagura, Obispo emérito de la Iglesia Metodista, emitió una Carta Abierta referida a recientes acontecimientos en la vida eclesial católica romana que PE/Ecupres reproduce textualmente.

A Hermanos miembros del Episcopado Argentino
Monseñor Jorge Bergoglio
Monseñor Marcelo Melani
Monseñor Virginio Bressanelli

“La Sabiduría, la Verdad y la Paz del Espíritu del Señor, sean con Uds. Y con la Iglesia que han sido llamados a pastorear.

Queridos hermanos en Cristo:
Hemos seguido en silencio, con humildad, pero a la vez con actitud atenta, seria y crítica los sucesos que han tenido lugar en la Diócesis de Neuquén, y que ahora, culminan, según lo informan los medios masivos de comunicación, con la designación de un coadjutor, el Obispo Virginio Bressanelli de Comodoro Rivadavia, para acompañar el fecundo ministerio del Obispo Melani, en esa región tan necesitada de solidaridad y justicia, que es la provincia de Neuquén.

La atención muy especial con que hemos seguido ese proceso, se debe a una profunda amistad que nos unió tanto al inolvidable Obispo De Nevares, como a nuestro antecesor, el querido Obispo Gattinoni, su compañero, en los terribles días de la dictadura cívico-militar que padecimos junto a nuestro pueblo. A la vez se debe a más de 25 años de responsabilidad compartida, con ese santo varón que se llamó Jorge Novak de la diócesis de Quilmes, y después de su partida, con nuestro amado y respetado Obispo Melani, en el ámbito de nuestro Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.

Recuerdo a la vez, el costo que tuvo un ministerio semejante, de nuestro amigo, el Obispo Samuel Ruiz, de Chiapas (Méjico), con la designación de coadjutores, como interpreta uno de nuestros periodistas, “para controlar” a los obispos titulares.

Entonces yo me pregunto muy francamente, si el Vaticano ha comprendido lo que para los latinoamericanos significa “la opción por los pobres”, o desconoce lo que el Concilio Vaticano II y en nuestro continente, Medellín y Puebla nos han dejado como mensaje, herencia y mandato irrevocable.

No me compete, ni tengo en mis manos los elementos necesarios para evaluar o juzgar todo lo ocurrido en Neuquén.

Pero quiero, a través de estas líneas, manifestar mi total solidaridad fraterna con mi amigo y hermano, el Obispo Melani, así como la seguridad de que estaremos siguiendo con ferviente oración, pero también con crítica, sensibilidad, lo que suceda de aquí en adelante en esa región de nuestro país. Porque lo que allí acontezca, nos dará la señal de, si las actuales autoridades jerárquicas de la Iglesia Católica Apostólica Romana, tienen un verdadero compromiso ecuménico, y una auténtica y firme solidaridad con los pobres, especialmente los pueblos originarios de esta nuestra tierra “ancha y ajena”, o sencillamente han renunciado al precioso legado que nos dejara particularmente el inolvidable Juan XXIII, el Bueno, y quienes, sucediéndole, han sido fieles a su mensaje evangélico y transformador.

Hoy el “irreversible movimiento ecuménico” como lo calificó Juan Pablo II, se demuestra con los hechos, o solo seguirá corriendo como “arroyo de agua fresca y renovadora”, pero al margen de muchas autoridades jerárquicas de nuestras diversas confesiones.

Que el Señor de la Vida, de la Verdad y de la Historia, nos auxilie y sostenga, para que no seamos rebeldes sino fieles a la vocación recibida.

Fraternalmente, en el amor de Cristo, nuestro Señor.
Federico J. Pagura.
Obispo Emérito de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina.
Ex Presidente del Consejo Latinoamericano de Iglesias
Ex Presidente del Consejo Mundial de Iglesias
Presidente honorario del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Argentina
Rosario 15 de febrero de 2010.+ (PE)

PreNot 8736
100215

Fuente:
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=4316
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domingo, 14 de febrero de 2010

"Felices vosotros los pobres..."( Jesús - Lc.6, 20)



Lupa Protestante
Enric Capó, España

No. Esto no es así. La frase, tal como suena, es falsa. Los pobres no son felices. La pobreza es una de las peores lacras de la humanidad. Implica carencia de los bienes que hacen la vida posible y placentera. Cuando es extrema, trae consigo el hambre, la enfermedad, la muerte prematura. Convierte la vida en un infierno de sufrimiento y angustia. A los pobres del tercer mundo, que viven en la más profunda miseria, no podemos ir con este mensaje “evangélico”. Sonará a burla cruel, a cinismo insensible. Ver día a día como la vida se deteriora, como la gente joven enferma y muere, como los niños claman por un trozo de pan; sin electricidad, sin agua potable, sin cosechas suficientes. ¿Cómo podemos hablar de felicidad?

La frase, en nuestro contexto –y esto lo subrayo- no mejora mucho si le añadimos la segunda parte: “porque de ellos es el reino de los cielos”. Continúa sonando mal. Huele a opio, a consuelo barato, a conformismo. Tantos y tantos la interpretan como significando: es verdad que ahora sufrís, pero el Señor os recompensará más allá del tiempo, en la eternidad. En esto consiste vuestra felicidad. Otra vez, el cinismo del mundo cristiano occidental. El cinismo de los que viven bien. De los honorables. De los que dan limosnas, de los que son piadosos. ¿O no?

Seguro, seguro, seguro que Jesús no quiso decir esto. El no fue un teólogo encerrado en su mundo intelectual, ni tocó la realidad de oídas, ni habló para agradar a sus oyentes. Fue un maestro que –nos lo dice el evangelio- recorrió uno a uno los pueblos y las aldeas de su tierra para dar un mensaje de esperanza. Conoció de primera mano a la gente. Habló con ellos. Oyó su clamor en aquel su mundo que conocía muy de cerca qué significaba ser pobre y pasar hambre. Sabía muy bien el afán de la gente: “¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?” (Mt 5,31). Era la preocupación de cada día.

¿Por qué Jesús los llamó “felices”? Sólo podemos entender la frase de Jesús a partir de su mensaje central: la cercanía del Reino de Dios. No los llamó felices porque eran pobres, sino porque pertenecían a esta parte de la sociedad que vivía sometida a la injusticia y a la marginación. Y eran felices, afortunados, porque su mensaje iba dirigido a ellos como mensaje de liberación. No vino Jesús a perpetuar una situación social y resaltar los valores de la pobreza, sino a proclamar la compasión y la misericordia de Dios que tenía como propósito dignificar a los más pequeños y oprimidos de la sociedad de su tiempo. Su misión la encontramos resumida en su predicación en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,16-21)1. Había llegado el cumplimiento de la profecía, tanto tiempo esperada, que se expresaba a través de la esperanza del Reino de Dios y la edad mesiánica.

Pero este mensaje ya no revestía las formas espectaculares de triunfo y victoria para Israel, sino que se centraba en la acción de Dios a favor de los más pequeños y desvalidos de la sociedad. El evangelio, la buena noticia, que debía llenar de gozo el corazón de los pobres, los quebrantados de corazón, los ciegos y oprimidos, era que Dios mismo venía a rescatarlos. Los últimos son hechos los primeros. Los que nada significaban son ahora los actores principales. Se cumple lo que dice María en el Magnificat “(Lc 1,51-52), que ya da por cumplida la promesa: “quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos.”

Hemos espiritualizado tanto el mensaje de Jesús que nos hemos olvidado de su cercanía a la tierra. Nos hemos ocupado tanto del mensaje para el más allá, que nos hemos olvidado del mensaje para el presente. Hemos enfatizado tanto la dimensión vertical del evangelio que hemos pasado por alto el hecho de que el evangelio siempre tiene dos dimensiones, vertical y horizontal, y que no podemos dejar de lado una de las dos sin desvirtuar todo el mensaje de Jesús. Esto lo tuvo muy claro la Iglesia de Jerusalén cuando estableció una comunidad de bienes. También el apóstol Pablo cuando organizó una colecta solidaria con la Iglesia de Jerusalén. Los pobres son felices porque en la comunión con Cristo reciben la dignidad que se les había robado y han alcanzado en la comunidad de Jesús el mismo estatus de cualquier otro miembro. Jesús establece la solidaridad, como pieza fundamental de su mensaje y nosotros, en su lugar, hemos puesto en el centro la pureza doctrinal, como si en esto nos fuera la salvación.

Es hora de rectificar. Es hora de volver a los postulados de evangelio y emprender el camino de Jesús. Es la hora de hacer felices a los infelices: los pobres, los quebrantados de corazón, los oprimidos. Ellos han de encontrar en el mensaje y en la acción de la Iglesia la misma acogida que encontraron en Cristo. Estamos en el tiempo de la misericordia de Dios, de su acercamiento a nosotros, de su proximidad. Y el Reino no es el triunfo de la religión, ni de las doctrinas correctas, sino la soberanía de Dios sobre todos para establecer nuevas prácticas de comportamiento, una nueva forma de ver y de hacer las cosas, en la que los marginados encuentren su lugar en la sociedad. Porque para esto vino Cristo.

Dios ha organizado en nuestro mundo su gran banquete al que los pobres y los marginados son invitados a participar. Ya no es el privilegio de los grandes de este mundo que, con sus actitudes, se han hecho indignos. La invitación va hacia los otros, los que no cuentan, menospreciados y silenciados. Quien organiza el banquete manda ir a buscar a “los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos” (Lc 14,21) para que participen de él. Y a nosotros nos dice lo mismo: “cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos” (Lc 14,13). Estamos, nos dice Cristo, en el año agradable del Señor, el gran año de la restauración de todas las cosas, el año que el que se ha empobrecido y ha perdido sus bienes, ahora los recupera.

Recuperar este mensaje es nuestra asignatura pendiente, a pesar de la obra social, casi siempre marginal, que realizamos. A menudo somos los que ponemos la religión por encima de la humanidad. Nos preocupamos de guardar la ley, pero olvidamos al hombre a la que se aplica. Y podríamos mencionar, sin ánimo de ofender a nadie, multitud de casos en los que interpretaciones, a veces peregrinas, de las Escrituras prevalecen sobre nuestra cercanía a los demás. Más de una vez he oído decir que la iglesia no es una ONG para dedicarse a la obra social. ¡Qué lástima que no lo sea!

Jesús no exige a los pobres y marginados, para atender a sus necesidades, ningún tipo de conversión. No hace distinción entre buenos y malos. Sobre todos ellos, Dios hace que salga el sol y envía la lluvia fertilizante de los campos. El capítulo 15 de Lucas nos habla, por medio de parábolas, de los perdidos: la oveja perdida, la moneda perdida, el hijo perdido. Todos ellos fueron hallados por el Dios de la misericordia y el amor. En todos los casos hubo gozo y fiesta por haberlos encontrado. Por esto nos dice Lucas que los publicanos y los pecadores se acercaban a oírle, pero los fariseos y los escribas murmuraban. Pues, que lo sepan todos: el hijo del hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido; no sólo de una perdición eterna, sino también de una situación de miseria y angustia en el presente. La persona humana no tiene dos vidas separables, sino una sola: aquella que vive aquí y ahora y que se prolonga más allá de la historia. No podemos proveer para el futuro, si no proveemos primero para el presente. La prioridad es dar un pedazo de pan al que tiene hambre y, sólo después, darle, con nuestras actitudes más que con nuestras palabras, el mensaje sanador y reconciliador del evangelio.

Enric Capó

Fuente:
http://www.lupaprotestante.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2070&Itemid=124

Rompamos el silencio



Rompamos el Silencio es, en definitiva, el nombre del que nos dotamos como conjunto, pero es también la expresión más clara de la voluntad que nos mueve, una vez al año, a trabajar junt@s. Nos definen nuestros objetivos, nuestros principios y nuestras prácticas. Rompamos el Silencio es la gente y colectivos que lo integran, su manera de organizarse y tomar decisiones, su manera de salir a la calle, las propuestas mediante las que interacciona con las demás, y su intención de ser escuchado.
Nuestro principal objetivo es visibilizar aquellas luchas en las que trabajamos cotidianamente, y que permanecen ocultas por los intereses convergentes de los medios de comunicación y el poder político. Para ello, ponemos en marcha lo que llamamos “Semana de Lucha Social”, en la que los distintos ejes de trabajo que componen Rompamos el Silencio llevan a cabo sus acciones por toda la ciudad.¿Y por qué sólo una semana al año?Una semana es la duración exacta que planificamos para concentrar temporalmente las acciones de nuestros ejes, de manera que el impacto también sea mayor: una acción encadenada tras otra nos permite visibilizar con mayor contundencia aquello que pretendemos denunciar.Por otra parte, Rompamos el Silencio no nace espontáneamente el primer día de la Semana de Lucha Social: nos reunimos previamente durante meses para tratar de converger en nuestras diferencias, para debatir y reflexionar conjuntamente, para elaborar propuestas de acción. Es un trabajo intenso que requiere mucho esfuerzo y que finalmente se traduce en la Semana de Lucha Social.El modelo organizativo de Rompamos el Silencio es de carácter horizontal y descentralizado, siendo la Asamblea General la instancia de deliberación y decisión por excelencia. El consenso es la base de su sistema de toma de decisiones: no votamos, porque primamos el acuerdo sobre la lógica de las mayorías. Esta práctica política, que huye de modelos verticales, presuntamente más eficaces, pero menos participativos, requiere de tiempo para garantizar la implicación y presencia de quienes la integran.Acción, pero ¿para qué?La acción directa forma parte del nuestro repertorio de actuación desde que los movimientos sociales existen: es nuestro principal medio de protesta. Dice un autor que “la protesta es el recurso de los que no tienen acceso a las instituciones”, y algo de eso hay. Aunque no protestamos para que nos escuchen los poderosos, que nunca lo hacen, ni lo harán, sino para llegar a la gente de la calle que sufre o ignora aquello de lo que hablamos. Dirigimos nuestras acciones a nuestr@s vecin@s en los barrios, a l@s jóvenes que no pueden estudiar y son precarizad@s en trabajos basura, y a l@s que estudian y ven cómo las universidades se venden a las empresas sin que nadie nos pregunte qué opinamos; nos dirigimos también a quienes saben lo que cuesta un alquiler hoy, y saben o intuyen quiénes son los responsables; a quienes quieren una sociedad donde las mujeres no sean cotidianamente invisibilizadas o minusvaloradas por el hecho de serlo, a quienes repudian tanto como nosotr@s la homofobia y las agresiones diarias que conlleva; pretendemos que nos escuchen quienes creen que el saber y la cultura no son productos comercializables, pero no conocen otras propuestas; y quienes piensan que el fascismo debe ser desterrado de nuestra memoria histórica arrebatada y de nuestras vidas; también a quienes no les gusta que los ejércitos sigan existiendo, ni que se militarice progresivamente nuestra vida y la de los pueblos a los que los ejércitos invaden; nos dirigimos a quienes alguna vez pensaron que el mundo podría funcionar de otra manera; actuamos para aquellas personas que escuchan diariamente lo que el poder quiere que escuchen, a través de medios que son también esferas de poder; y a l@s que sospechan que nos arrebatan la calle y espacios que también son nuestros y donde pueden crecer otras formas de gestión y organización. A todo@s ell@s, y a l@s que no lo han descubierto aún, les invitamos a sumarse a nosotr@s.¿Y cuáles son los principios de actuación de Rompamos el Silencio?Nuestra metodología se basa en dos principios: la acción directa no violenta y la desobediencia civil.Reivindicamos la acción directa no violenta como forma de intervención en el espacio urbano en el que vivimos, rechazando la única dimensión a la que lo quieren reducir: al tránsito y al consumo. Las calles son también espacios para la disensión, y por eso las tomamos de manera pacífica, sabiendo pese a todo que habrá quien confunda el conflicto que nuestra práctica pone sobre la mesa, con “actitudes violentas”. Por eso repetimos una y otra vez que intervendremos pacíficamente, porque rechazamos los intentos de criminalización que tratarán de invisibilizar nuestras voces con cualquier excusa.La desobediencia civil es una práctica política que tiene ya dos siglos de historia: el norteamericano Henry D. Thoreau fue el primero en teorizar sobre esta propuesta, que fue posteriormente generalizada a través de figuras como Gandhi o Martin Luther King. Se basa en conferirse el derecho a desobedecer una ley que es considerada injusta, a partir de un conflicto entre los conceptos de legalidad y legitimidad.En nuestra práctica concreta, la desobediencia tiene unas implicaciones políticas muy precisas: entendemos que los espacios públicos son de l@s ciudadano@s y que, por tanto, no necesitamos pedir permiso para ocupar simbólicamente aquello que también es nuestro. Esto no quiere decir que incitemos abiertamente a la comisión de hechos delictivos, sino que, cuando se plantea un conflicto entre lograr un objetivo político (la protesta) que consideramos justo y legítimo, y la legalidad, anteponemos conscientemente los primeros a la segunda, con una plena asunción de las consecuencias que ello pudiera acarrear. No promovemos desórdenes públicos, reclamamos las calles que también son para la expresión de la disidencia política. Nuestras acciones son festivas, simbólicas y reivindicativas; tratamos de hacernos oír en el estruendo normalizador que el sistema prevé para nosotr@s. Y cuando la ley intenta impedírnoslo, tratamos de seguir adelante, de manera pacífica, pero sin renunciar al conflicto, reivindicando nuestro derecho a estar ahí. Si no sale bien, lo volveremos a intentar.Finalizando…Ya sólo nos queda invitarte a que lo compruebes con tus propios ojos. Sigue nuestra web para encontrarnos, o pásate por nuestra sede temporal durante la Semana de Lucha, serás bienvenid@. ¡Nos vemos en la calles!Asamblea de Rompamos el Silencio

Fuente:
http://www.apiavirtual.com/2010/02/14/rompamos-el-silencio/

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miércoles, 10 de febrero de 2010

XIX Feria Internacional del Libro Cuba 2010


Rusia, Estados Unidos y Cuba. Religión y Racismo.
Por Enrique López Oliva.
La Habana. Cuba.
La XIX Feria Internacional del Libro, Cuba 2010, que se extenderá en La Habana del 12 al 21 de febrero, será dedicada a Rusia, coincidiendo con la celebración el próximo once de mayo del cincuentenario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países. Además dedicará su atención a las relaciones culturales entre Estados Unidos y Cuba, y a temas como el Bicentenario de la Independencia Latinoamérica y a los estudios raciales en Cuba.
La Feria abrirá con la presentación de un ensayo de Fidel Castro Díaz Balart, hijo del expresidente Fidel Castro, sobre “Ciencia, Innovación y Futuro; Ciencia, Tecnología e Innovación”, a lo que seguirá un panel sobre “El cambio climático” y otro sobre “Las relaciones culturales entre Cuba y Estados Unidos: Presente y futuro”, organizado por la revista cubana de Ciencias Sociales “Temas”, que acaba de cumplir sus primeros quince anos.

Otras temáticas que se abordaran el primer día serán: “El Bicentenario de las independencias en el Caribe y América Latina”. Una Mesa Redonda titulada “La joven literatura de la Rusia contemporánea”, así como “Narrativa rusa de los siglos XIX y XX”. El segundo día habrá un encuentro entre historiadores en torno a la temática: “La cuestión racial en nuestras ciencias sociales”, y habrá un encuentro con la escritora sudafricana Nadine Gordimer, Premio Nobel de Literatura en 1991, quien en sus libros trata sobre conflictos interétnicos y el apartheid en Sudáfrica.

Entre las obras sobre la temática racial se presentara el ensayo “Identidad afrocubana, cultura y nacionalidad”, del investigador y profesor cubano Tomas Fernández Robaina.

De Rusia se espera que asista una amplísima delegación de más de doscientos personalidades, políticas y literarias, encabezadas por el canciller ruso, así como se mostrarán más de tres mil 500 títulos en un Pabellón de 450 metros cuadrados. En la Feria participaran cuarenta países, cien expositores extranjeros y cincuenta nacionales.

Sin embargo, procedentes de los Estados Unidos solo asistirán una media docena de intelectuales: el historiador Michael Parenti, autor de “Historia de las clases populares y su postura critica frente a los medios de comunicación”, del que se podrá adquirir en la Feria su obra “La batalla por la cultura”, publicada por la Editorial cubana de Ciencias Sociales.

Además: la cubana residente en Estados Unidos Sonia Rivera Valdés, profesora de Literatura Latinoamericana en York College, critica literaria y de cine; Piero Gleijeses, profesor de Política Estadounidense en la Escuela de Estudios Avanzados de la Universidad “Johns Hopkins”, autor del libro “Misiones en conflicto”, una interpretación sobre la presencia militar cubana en Africa; el chileno residente en Estados Unidos Javier Campos, profesor de Literatura Latinoamericana en la Universidad jesuita de Fairfield, en Connecticut; y la uruguaya Juanamaria Cordones-Cook, interesada en los afro-hispanos y quien trabaja sobre teorías postcoloniales y cuestiones de identidad.

No deja de llamar la atención la presencia de dos sacerdotes y teólogos católicos: el brasileño Fray Betto, del que se presentara “Un hombre llamado Jesús”, publicada por la editorial cubana “Caminos” del Centro Memorial “Martín Luther King Jr.”, y Francois Houtart, de Bélgica, presidente de la Liga Internacional por el Derecho y la Libertad de los Pueblos y miembro del Consejo Internacional del Forum Social Mundial de Porto Alegre, fundador del Centro Tricontinental y autor entre otros títulos de “La ética de la incertidumbre en las Ciencias Sociales”.

La Feria este año homenajeará a la Profesora de la Universidad de la Habana, Maria del Carmen Barcia, autora de varias obras sobre la temática racial en Cuba, y al escritor Reinaldo González, ambos con premios nacionales.+ (PE)


FUENTE:
http://www.apiavirtual.com/2010/02/10/xix-feria-internacional-del-libro-cuba-2010/

martes, 9 de febrero de 2010

Haití: Militarización llamada ayuda humanitaria destruye más al país


Natasha Pitts (*)
Con la justificación de ayudar a Haití en esta fase post-terremoto del 12 de enero, crece cada día la militarización de la ayuda humanitaria para el país. Aunque las mayores necesidades de la población afectada sean agua, comida, ropas y medicamentos, tropas estadounidenses y brasileras están ocupando el territorio sin fecha de salida.

Según análisis de Nildo Ouriques, profesor de Economía de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) y presidente del Instituto de Estudios Latinoamericanos (Iela), no hay previsión de salida para las tropas estadounidenses, y los militares brasileros dicen no poder retirarse del país antes de cincos años.

"La permanencia de las tropas en Haití es otro desastre y muestra que esta militarización de la llamada ayuda humanitaria está destruyendo todavía más al país. Brasil y Estados Unidos están queriendo quedarse más tiempo en Haití. Nadie está interesado en marcar una fecha de salida. No podemos aceptar la presencia permanente de estas tropas, porque con ello el pueblo haitiano nunca va a adquirir musculatura para re-erguir a su país. Sin embargo, toda la ayuda realmente humanitaria es decisiva en ese momento para Haití.", afirma.

Hace pocos días, la especulación sobre la presencia de petróleo en Haití se puso como motivo para que las tropas militares estadounidenses continuaran ocupando el país. Los militares estarían ocupando completamente las reservas petrolíferas descubiertas hace años que estarían siendo guardadas para que, cuando el petróleo de Oriente Medio se esté volviendo escaso, se utilice el haitiano. Otra especulación que justificaría la ocupación está vinculada con el uso de puertos de aguas profundas de Haití para refinerías de petróleo.

A pesar de todas las informaciones y evidencias, Ouriques cree que Estados Unidos no necesita estas excusas para continuar en Haití. "Por ahora, la presencia de petróleo en Haití es sólo una especulación, pero tenemos que estar atentos. Estados Unidos no necesita esas excusas para continuar interviniendo en el país. No puede existir este intervencionismo incluso cuando exista intervención humanitaria. Ayuda humanitaria e intervencionismo son dos cosas diferentes", dice.

Otras denuncias sobre la actuación de Estados Unidos en Haití están relacionadas con una supuesta "máquina estadounidense de fabricar terremotos", conocida como Proyecto Haarp, que habría causado la tragedia del 12 de enero, el tsunami en Indonesia y terremotos en China, entre otras tragedias de grandes proporciones.

"No podemos descartar a la ciencia como una fuerza que organiza nuestras vidas y también la vida de los Estados. La capacidad científica de los científicos estadounidenses es muy grande. Estas informaciones son preciosas, pero no son definitivas. Pueden ser verdad, pero es necesario tener cautela. Lo que no podemos hacer es descartar, tenemos que analizar y seguir acompañando todo lo que sucede en Haití", opina Ouriques.

El profesor lamenta además que a pesar de la gravedad de la situación haitiana, la tragedia será olvidada en poco tiempo. "La comunidad internacional, las grandes potencias imperialistas, van a abandonar a Haití en el olvido al que siempre estuvo sometido. Dudo de que los debates sobre Haití hayan servido de alerta sobre la situación a la que el país ya estaba sometido hace años. Y continuará no habiendo condescendencia con esta nación", lamenta.+ (PE/ Adital)

(*) Periodista de Adital.
Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com

PreNot 8719
100209

FUENTE:

http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=4299
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lunes, 8 de febrero de 2010

Pensar el ser humano después de Auschwitz


Recordamos en este año los 65 años del Holocausto judío perpetrado por el nazismo de Hitler y de Himmler. Es terrorífica la inhumanidad mostrada en los campos de exterminio, especialmente en el de Auschwitz (Polonia). El hecho llegó a tambalear la fe de judíos y de cristianos que se preguntaban: ¿Cómo pensar a Dios después de Auschwitz? Las respuestas dadas hasta hoy, bien del lado judío, bien por J.B.Metz y J. Moltmann del lado cristiano, son insuficientes. La pregunta todavía es más radical: ¿Cómo pensar al ser humano después de Auschwitz?

Es cierto que lo inhumano pertenece a lo humano. Pero, ¿cuánto de inhumanidad cabe dentro de la humanidad? Fue un proyecto concebido calculadamente y sin ningún tipo de escrúpulo para rediseñar la humanidad. A la cabeza debía estar la raza aria-germánica; algunas razas serían colocadas en segunda y tercera categorías; otras esclavizadas o simplemente exterminadas. En palabras de su formulador, Himmler, el 4 de octubre de 1943: «Ésta es una página de gloria de nuestra historia que no se ha escrito y que jamás se escribirá». El nacionalsocialismo de Hitler tenía clara conciencia de la inversión total de los valores. Lo que sería un crimen se transformó para él en virtud y gloria. Aquí se revelan rasgos del Apocalipsis y del Anticristo.

El libro más perturbador que he leído en mi vida y que nunca acabo de digerir se titula Comandante en Auschwitz: notas autobiográficas de Rudolf Höss (1958). Durante los 10 meses que estuvo preso y fue interrogado por las autoridades polacas en Cracovia entre 1946-1947, para ser finalmente sentenciado a muerte, Höss tuvo tiempo de describir con extremada precisión los detalles de cómo envió a cerca de dos millones de judíos a las cámaras de gas. Allí se montó una fábrica de producción diaria de miles de cadáveres que asustaba a los propios ejecutores. Era la «banalidad de la muerte» de la que hablaba Hannah Arendt.

Pero lo que más asusta es su perfil humano. No imaginemos que Hoss unía el exterminio en masa a sentimientos de perversidad, sadismo diabólico y pura brutalidad. Al contrario, era cariñoso con su mujer e hijos, concienzudo, amigo de la naturaleza, en fin, un pequeño burgués normal. Al final, antes de morir, escribió: «La opinión pública puede pensar que soy una bestia sedienta de sangre, un sádico perverso y un asesino de millones de personas. Pero nunca va a entender que este comandante tenía un corazón y que no era malo». Cuanto más inconsciente, más perverso es el mal.

Esto es lo perturbador: ¿cómo puede tanta inhumanidad convivir con la humanidad? No sé. Sospecho que aquí entra la fuerza de la ideología y la sumisión total al jefe. La persona de Höss se identificó con el comandante y el comandante con la persona. La persona era nazi en cuerpo y alma y radicalmente fiel al jefe. Recibida la orden del «Fuhrer» de exterminar a los judíos, ni siquiera se debía pensar: vamos a exterminarlos (der Führer befiehl, wir folgen). Confiesa que nunca se cuestionó la orden porque «el jefe siempre tiene razón». La más leve duda era sentida como traición a Hitler.

Pero el mal también tiene límites y Höss los sintió en su propia piel. Siempre queda algo de humanidad. Él mismo cuenta que dos niños estaban entretenidos jugando. Su madre era empujada hacia dentro de la cámara de gas. Los niños fueron obligados a ir también. «La mirada suplicante de la madre, pidiendo misericordia para aquellos inocentes —comenta Höss— nunca la olvidaré». Hizo un gesto brusco y los guardias los arrojaron a la cámara de gas. Confiesa que muchísimos de los ejecutores no aguantaban tanta inhumanidad y se suicidaban. Él se mantenía frío y cruel.

Estamos ante un fundamentalismo extremo que se expresa por medio de sistemas totalitarios y de obediencia ciega, sean políticos, religiosos o ideológicos. La consecuencia que produce es la muerte de los otros.

Este riesgo también está alrededor nuestro, pues hoy día nos hemos dado los medios para autodestruirnos, para desequilibrar el sistema Tierra y para aniquilar en gran parte la vida. Sólo potenciando al ser humano con aquello que nos hace humanos, como es el amor y la compasión, podemos limitar nuestra inhumanidad.

Leonardo Boff

viernes, 5 de febrero de 2010

Argentina: Declaración de la UAC sobre criminalización y judicialización de la protesta social



"La judicialización y criminalización a las asambleas, comunidades y movimientos sociales que defienden sus territorios, es una de las estrategias desplegadas desde los sectores del poder para acallar las voces de la resistencia frente al modelo productivo, extractivo, exportador y opresor que nos imponen, producto de las políticas de recolonización que asolan a nuestro continente en general y a nuestro país en particular."

Prensa Unión de Asambleas Informa
1° de Febrero de 2010
Declaración de la UAC
Unión de Asambleas Ciudadanas

Sobre la criminalización y judicialización de la protesta social

Contra el saqueo, la contaminación y la militarización de nuestros territorios


Como colectivo asambleario creemos que, sin lugar a dudas, la judicialización y criminalización a las asambleas, comunidades y movimientos sociales que defienden sus territorios, es una de las estrategias desplegadas desde los sectores del poder para acallar las voces de la resistencia frente al modelo productivo, extractivo, exportador y opresor que nos imponen, producto de las políticas de recolonización que asolan a nuestro continente en general y a nuestro país en particular.


En nuestros países se vienen imponiendo estados que actúan bajo los designios de la seguridad preventiva, considerando que es necesario "prevenir" toda manifestación de oposición a la forma de vida que pretenden que sea nuestro "destino manifiesto". Sin embargo, una vez "puestas de manifiesto" esas oposiciones, ya no basta la prevención y se les hace necesario desplegar mecanismos que frenen las rebeldías en defensa de los territorios, entendidos por sus defensores/as no sólo como espacios geográficos que habitan, sino como ámbitos en los que se construye el sentido de la vida.


La represión y criminalización:


Son muchas las modalidades de represión que las empresas capitalistas, transnacionales y nacionales, junto con los poderes políticos locales lanzan sobre las voces de protesta. Algunas de las más concretas implican el uso de los aparatos del estado para ejercer la represión directa, el despliegue de estrategias de judicialización y criminalización de los movimientos populares y la militarización de los territorios en conflicto. Sin embargo, no son sólo las fuerzas públicas de seguridad las que operan en estos casos, sino también fuerzas privadas contratadas por las empresas, cuya existencia responde a un proceso de privatización de los aparatos de represión.


La violencia represiva:


Esta violencia represiva directa ejercida sobre las asambleas, comunidades y organizaciones sociales es acompañada a su vez por mecanismos de control social, que permiten el ejercicio de la represión simbólica, anulando así toda posibilidad de desarrollo de otras visiones del mundo y de diferentes formas de vida.


Las víctimas:


Las principales víctimas de la criminalización y de la violencia ejercida desde el poder son los movimientos de jóvenes, mujeres, comunidades indígenas y campesinas, trabajador/as desocupados/as y precarizados/as y poblaciones afectadas por los nuevos emprendimientos del modelo de "desarrollo" de esta fase del capitalismo neoliberal, muchas de las cuales se constituyen en asambleas e integran la UAC.


Los medios informativos y la "invisibilización":


Sin embargo, nuestra condición de víctimas de la represión es totalmente desvirtuada por los medios de comunicación masivos que se encargan de presentar las batallas por los derechos sociales, culturales y ambientales como delitos y por ende, a los/as sujetos sociales que las promueven como delincuentes, tergiversando la legitimidad de las luchas sociales y generando, en la sociedad en su conjunto, subjetividades basadas en el miedo al diferente, que desemboca en la fragmentación de la sociedad en grupos irreconciliables entre sí.


Esta función de los medios de (in) comunicación masiva se hace posible dado que ellos SON el poder, constituyendo el aparato ideológico de la globalización, jugando un papel para deformar la realidad en beneficio de sus intereses y fabricar una opinión pública favorable al sistema.


Este poder mediático hoy está por delante del poder económico y financiero. Su rol ideológico implica el desconocimiento de uno de los derechos fundamentales del ser humano, como lo es el derecho ciudadano a la información y el conocimiento, tergiversando la misma a través de sutiles formas de propaganda del producto o la moda que se quiere imponer.


El "discurso único" y la "demonización" de las luchas sociales:


De esta manera, pasan a demonizarse las luchas de quienes se oponen al Saqueo y la Contaminación. En esta instancia también se suma la invisibilización de los disensos, es decir que se desacreditan y esconden las investigaciones científicas que demuestran los impactos negativos, dando visibilidad a todos aquellos académicos funcionales al sistema de saqueo y contaminación. De la misma manera se desacredita todo aquello que provenga de la acumulación de saberes ancestrales, a través de una serie de falsedades como que quien se opone a este modelo, se opone al "progreso" y al desarrollo. Son nuevamente estos mismos medios masivos de in-comunicación los que NO dicen que este modelo es sólo de crecimiento económico, NO dicen que el desarrollo y el progreso así NO son posibles.


La aprobación de la ley antiterrorista a nivel nacional y las reformas de los códigos contravencionales que se vienen implementando en varias ciudades del país, son consecuencia de este contexto represivo y criminalizador de las luchas sociales, producto del crecimiento de las resistencias frente a las políticas de saqueo y destrucción que profundizan la exclusión y la precarización de la vida, y favorecido por la impunidad del accionar de las fuerzas de seguridad, de la justicia y de los poderes políticos en general.


Estos mecanismos legales justifican la vigilancia, la persecución y el control sobre las poblaciones y comunidades, en especial las que se oponen a la devastación de los territorios por parte de los grandes capitales, las que desarrollan estrategias de supervivencia frente a un modelo que los lanza hacia la exclusión y la pobreza y las que se empeñan, desde hace más de 500 años, en ser reconocidas y respetadas en su diversidad étnica, cultural y espiritual.


¿Quiénes son los terroristas?:


Teniendo en cuenta el marco legal de la criminalización de la protesta y la pobreza, es importante destacar que el artículo 213 ter de la ley antiterrorista aprobada en la Argentina en 2007 considera que una asociación ilícita terrorista es aquella que reúne las siguientes características; -tener un plan de acción destinado a la propagación del odio étnico, religioso o político; -estar organizada en redes operativas internacionales; y -disponer de armas de guerra, explosivos, agentes químicos o bacteriológicos o cualquier otro medio idóneo para poner en peligro la vida y la integridad de un número indeterminado de personas. Frente al contenido de este posicionamiento podemos vislumbrar quienes son los verdaderos terroristas.


Tanto la propagación de distintos odios, como la existencia de redes operativas internacionales, como la puesta en peligro de la vida e integridad de un número indeterminado de personas son características completamente aplicables a las formas de operar de las empresas transnacionales y sus socios políticos locales, en la implementación del modelo extractivo y productivo de esta etapa del capitalismo global, que responden con criminalización, represión, militarización y muerte a quienes se oponen a entregar los territorios y las formas tradicionales de habitarlos a la mercantilización de la naturaleza y de toda expresión de vida.


Por todo esto la UAC se pronuncia en repudio absoluto de:


La persecución, criminalización y judicialización que vienen sufriendo las compañeras de las Asambleas Riojanas de Chilecito, Famatina y Sanagasta de la Rioja por defender su territorio ante la inminente explotación minera. Así como también, las distintas agresiones y atropellos que las mismas vienen padeciendo por parte de la Empresa minera Yamana Gold y las fuerzas represivas del estado. Esta empresa es la responsable de atacar a dos compañeras que integran estas asambleas con la complicidad y el visto bueno del gobierno local, además de abrirles causas penales a distintos vecinos y vecinas, también asambleístas, por no permitir que la empresa ingrese al sector donde pretende explotar y llevar adelante el emprendimiento megaminero a cielo abierto.


Los diversos atentados que viene sufriendo el pueblo de Loncopué y de Campana Mahuida en Neuquén por parte de la empresa minera Emprendimientos Mineros S.A., de origen chino, que pretende instalarse en dicha localidad. Creemos que los incendios intencionales de las casas de vecinos que integran las asambleas, la destrucción de la Radio FM Arco Iris que difunde la lucha, los apagones vividos en el pueblo y la persecución a los compañeros y compañeras que vienen resistiendo son parte de la criminalización a quienes venimos defendiendo el territorio del que somos o nos sentimos parte. En este sentido repudiamos de manera tajante la actitud de la empresa por su accionar y del gobierno de turno por permitir y ser cómplice de los hechos sucedidos.


Los hechos gravísimos que vienen viviendo los compañeros y compañeras del colectivo Semillas del Sur que, en defensa del territorio, resisten a las fumigaciones de Agrotóxicos junto a los vecinos y vecinas del Departamento de Santa Rosa de Calamuchita en Córdoba. Esta defensa territorial recibe como respuesta del poder la persecución y represión directa por parte de las fuerzas represivas del estado que actúan sin medir las consecuencias poniendo en riesgo la vida de los compañeros y compañeras que vienen resistiendo al modelo sojero impuesto en la provincia. Estos actos por parte del poder local y sus aliados son de nuestro absoluto rechazo, así como también, las represalias que llevaron adelante con el intento de desalojo del centro cultural "El Semillero", perteneciente al colectivo Semillas del Sur, y la destrucción de dos casas de compañeros del mismo colectivo con la excusa de "no respetar el código de edificación". Esto demuestra que, no sólo nos imponen el modelo de saqueo y contaminación, sino también la forma en que quieren que vivamos.


El desalojo violento de la comunidad Paisil Antreao de Villa La Angostura, Neuquén, y la militarización del territorio ancestral al que pertenece. La comunidad viene siendo amenaza y con intentos de desalojos desde hace varios años, al mismo tiempo que los alambrados de los privados le fueron reduciendo su territorio, tal como viene sucediendo a muchas comunidades, producto de la concentración de tierras y el avance de los privados, como consecuencia de la especulación y negocios inmobiliarios. De esta manera, creemos que es importante destacar el no reconocimiento de la preexistencia de los pueblos originarios por parte del estado y sus instituciones, que actúan como cómplices y garantes de estos hechos sin respetar el articulo 75 de la Constitución Nacional , el Convenio 169 de Pueblos Indígenas y Tribales de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU y la ley 26.160 de emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras de comunidades indígenas. Por esto, creemos que los hechos sucedidos a la comunidad Paisil Antreao es una manera de criminalizar la cultura, la espiritualidad y formas distintas de concebir la vida y su desarrollo, tal como lo demuestra la destrucción del rewe, que es el espacio territorial y sagrado históricamente heredado de sus ancestros y en el que se comunican con los mismos en relación armónica con la naturaleza. La destrucción del rewe es la destrucción misma de la comunidad y por eso rechazamos, sin reparo alguno, estas formas de operar de las fuerzas de seguridad que implican la reproducción de la negación histórica de los derechos ancestrales de los pueblos originarios.


Estos son sólo algunos de los casos de criminalización, persecución y represión que vienen acechando, de manera sistemática y continua, a lo/as protagonistas de las luchas contra las políticas de recolonización.


Frente a este contexto represivo y criminalizador, nos solidarizamos con cada uno de los compañeros y compañeras que vienen dando batalla en defensa del territorio al que pertenecen, territorio del que nos sentimos parte todos y todas. También damos nuestra solidaridad a los compañeros y compañeras de Andalgalá en Catamarca y Palma Sola en Jujuy que se encuentran en plena movilización por la inminencia de la puesta en marcha del megaemprendimiento minero Agua Rica y la implantación de transgénicos, respectivamente, que están causando estragos irreversibles en la población.


UAC/ Unión de Asambleas Ciudadanas
Enero de 2010


Fuente:


http://www.biodiversidadla.org/Principal/Contenido/Noticias/